En el post anterior, te hablé sobre la epidemia de los ultraprocesados que estamos viviendo.
Estos productos creados por la industria alimentaria son los principales responsables de la obesidad actual y muchos de los síntomas asociados. 😤
Pero, ¿por qué estos alimentos son tan perjudiciales para nuestra salud?
Hoy te lo explicaré desde una perspectiva que me apasiona: la medicina evolutiva. ❤️
Nuestros antepasados vivieron durante millones de años en un entorno de escasez, donde la comida era limitada y había una gran competencia por los recursos.
En ese contexto, nuestro cuerpo desarrolló estrategias genéticas y metabólicas para sobrevivir.
Una de ellas fue el llamado metabolismo ahorrador, que nos ayudaba a almacenar energía en forma de grasa cuando había alimentos disponibles. Así, podíamos superar períodos de hambre.
Lo que funcionó en el pasado, hoy nos está afectando negativamente.
Ahora vivimos en un mundo de abundancia, donde ya no competimos por la comida y ésta se encuentra disponible en cada esquina. Pero nuestro cuerpo sigue funcionando como si aún viviéramos en la prehistoria, lo que contribuye a la acumulación de grasa y a problemas como la obesidad. 😬
En este escenario de abundancia, la industria alimentaria ha jugado un papel clave. Han creado productos diseñados para confundir a nuestro cuerpo y hacernos comer más de lo que necesitamos.
Y lo peor es que lo hacen muy bien. 😲
Estos alimentos están formulados para excitar los centros de recompensa de nuestro cerebro.
Como resultado, nos generan una sensación de hambre emocional que no es fisiológica, sino un deseo provocado por los estímulos placenteros que nos ofrecen estos productos. 😓
Esto hace que comamos en exceso, y es justamente ese exceso lo que nos enferma.
Seguro te has preguntado por qué, a pesar de tener sobrepeso o «michelines», nuestro cerebro no nos manda una señal clara para detenernos.
¿Es que no existe un mecanismo que regule esto?
La respuesta es que sí existe. Nuestro cuerpo tiene varias señales que normalmente le dicen al cerebro que ya es hora de parar:
Sin embargo, los alimentos ultraprocesados están diseñados para bloquear esas señales.
Nos hacen seguir comiendo incluso cuando ya hemos ingerido suficientes calorías. 😵
El bloqueo de estas señales de saciedad tiene que ver con el sistema de placer o hedónico de nuestro cerebro.
Este sistema es el que nos impulsa a buscar experiencias placenteras, como comer algo dulce o sabroso.
Te pongo un ejemplo: imagina que estás en una boda. Ya te has tomado el cóctel, los entrantes, el pescado y la carne, y te sientes completamente lleno. Pero cuando llega el postre, algo cambia. A pesar de estar hinchado, encuentras un espacio para ese delicioso tiramisú o una tarta de chocolate. 🍰😋
Esto, aunque parece ilógico, tiene un sentido desde una perspectiva evolutiva.
Hace miles de años, cuando nuestros ancestros encontraban un recurso escaso pero energético, como un panal de miel, no comían solo un poco.
¡Lo consumían todo!
Era la mejor estrategia para sobrevivir en un ambiente de incertidumbre y escasez.
Hoy en día, ese mismo mecanismo que nos ayudó a sobrevivir nos está perjudicando.
Vivimos en un entorno donde la comida ultraprocesada está al alcance de la mano, y nuestros instintos nos siguen empujando a comer más de lo necesario.
Pero la buena noticia es que podemos aprender a reprogramar estos comportamientos.
En nuestros Retos, profundizamos en estos temas y trabajamos juntos para aprender cómo tomar mejores decisiones alimentarias.
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